01 DE MAYO - Día Internacional de los Trabajadores

El trabajo, dignidad del hombre

El trabajo es un medio que tiene el hombre para alcanzar su desarrollo personal, el de su familia y el del conjunto social en el que vive. Es un derecho básico del ser humano, que le permite crecer con dignidad.

Desde que el hombre es hombre debió trabajar para subsistir. En sus inicios, quizás su labor se limitara a la caza y a la pesca, tareas a las que con el tiempo le fue agregando variedad en función de mejorar su calidad de vida. Así habrá descubierto la agricultura para comenzar a trabajar la tierra y obtener de ella numerosos frutos, y con el correr de los siglos diversos desarrollos comenzaron a significarle mayor trabajo pero también mayor bienestar: construyó viviendas, creó medios de locomoción, se organizó en sociedad y continuó trabajando para dotar a estas sociedades de renovados beneficios y continuar aportando a su bienestar.

Numerosos descubrimientos e inventos contribuyeron con su crecimiento, y ya en la era moderna un gran progreso tecnológico se dio gracias a la utilización de energía a partir del vapor, en lo que se llamó La Revolución Industrial. Esta revolución no fue otra cosa que la aparición de grandes fábricas entre 1760 y 1830 (principalmente en Inglaterra), que dieron como resultado el surgimiento de un grupo social hasta entonces inexistente como tal: la clase obrera.

Alrededor de 1875, cuando tomaron fuerza el petróleo y la electricidad como nuevas fuentes de energía, la industria tomó nuevo impulso en lo que para muchos es considerada la Segunda Revolución Industrial.

Pero lamentablemente, por causas que habría que buscar en la codicia y el egoísmo del propio ser humano, estos avances no beneficiaron a toda la sociedad, como hubiera sido esperable, sino que muchos trabajadores eran sometidos a condiciones laborales deplorables: las jornadas llegaban a ser de hasta 18 horas diarias sin descanso semanal; a cambio de salarios paupérrimos y sin asistencia médica. También algunos niños y mujeres eran sometidos a estas formas y reglas de trabajo.

Esta situación, como era de esperarse, motivó protestas, enfrentamientos, huelgas y movilizaciones en casi todo el mundo. En una de esas ocasiones, el 1° de mayo de 1886, se organizó en Chicago una huelga general para exigir que la jornada laboral fuera de ocho horas, en la que participaron unas 50 mil personas. Los dueños de las industrias quisieron forzar a los trabajadores a ingresar a las fábricas, utilizando la fuerza pública contra ellos, incluso con armas de fuego que dejaron el triste saldo de numerosos heridos y varios muertos. Por el valor de estos trabajadores los obreros de todo el mundo tomaron para sí el 1° de mayo como el Día del Trabajador, cuando un Congreso Obrero celebrado en París en julio de 1889 estableció la Jornada del 1° de mayo como homenaje a estos obreros y para reivindicar "los 3 ochos": 8 horas de trabajo, 8 de descanso y 8 para la cultura.
En 1955, el Papa Pío XII se sumó a esta conmemoración, instituyendo el 1° de mayo como Fiesta de San José Obrero.

Hoy en día, cuando siguen existiendo situaciones graves y desigualdades en el mundo de los trabajadores, es importante mantener presente uno de los conceptos que el Papa Juan Pablo II ha volcado en la Encíclica Laborens Exercens, acerca de la dignidad del trabajo: "...el primer fundamento del valor del trabajo es el hombre mismo, su sujeto. A esto va unida inmediatamente una consecuencia de naturaleza ética: es cierto que el hombre está destinado y llamado al trabajo; pero, ante todo, el trabajo está en función del hombre y no el hombre en función del trabajo..."

FUENTE: educared.org.ar


  ACTIVIDADES PARA EL AULA